El momento "apretón"

Algunos no se dan cuenta de que son humanos hasta que llega la hora de ir al baño. Ese momento de necesidad acuciante que todos hemos experimentado alguna vez en nuestras vidas, puede volverse muy molesto en determinadas ocasiones, sobre todo si estamos en un lugar público o en la casa de una persona que acabamos de conocer.

La verdad es que muchos dicen que el mejor amigo del ser humano es el perro, otros dicen que es la PlayStation, otros la vecina de enfrente...pero la verdad es que el mejor amigo que podemos tener es el retrete, también llamado Señor Roca, que da igual lo que le digas, da igual "lo que le eches" encima, ni las veces que lo hagas, porque el Señor Roca jamás protestará. ¡Eso sí es amistad!

Además, el Señor Roca nos da protección y seguridad. Es más, estudios científicos recientes dicen que las grandes ideas de la historia se han forjado en el retrete. Y es que en el fondo, el Señor Roca nos da inspiración sea o no divina, pero nos inspira. O eso dicen los científicos.

Pero el Señor Roca no puede estar en todos los sitios. En el campo, te escondes detrás de tu colega el matorral. Los chicos también hacen uso del pobre árbol de turno. Y si están entre amigos siempre pueden jugar a "hacer el regatito", llamado científicamente "aguas de arroyada" por la grave erosión que suele ocasionar en las piedras y arenas del entorno. Pero no todo son arroyos pequeñitos, los hay que llevan una necesidad más grande convirtiendo el arroyo en las cataratas del Niágara. La peor parte la llevan las pobres hormiguitas del lugar, que no pueden hacer nada cuando ese "tsunami" las arrolla a su paso. Pobres hormigas, siempre mueren en cumplimiento de su deber...

Pero dejemos de hablar de "aguas menores" y hablemos del problema gordo, que son las "aguas mayores". Si estamos en casa ajena, intentamos aguantarnos las ganas para no dejar un recuerdo "aromático" en su cuarto de baño. Cuando el ser humano no puede aguantar más "todo lo que lleva en su interior", se dirige al cuarto de baño ajeno para "liberarse" de la pesada carga. Y una preocupación mayor le invade: ¿y dónde rayos está el papel higiénico? Entonces empieza una ardua búsqueda por todo el cuarto de baño: detrás del retrete, junto a los champús, dentro del armario...¡Pero el rollo de papel no aparece! Y entonces una voz viene a tu mente: es la voz de tu madre diciendo "llévate un paquete de pañuelos por si te hace falta" y tú diciendo "no lo llevo, que no me va a hacer falta". ¡Maldito día en que has dicho esa frase! El caso es que sea como sea, si te haces con un cacho de papel serás afortunado, pero si no lo consigues serás un pringado (nunca mejor dicho).

Lo peor de todo es cuando le dejas ese "ambiente" como recuerdo al pobre propietario del baño. Y entonces empieza otra ardua búsqueda: el ambientador. Y no lo encuentras...y te desesperas. Y piensas que dirá el propietario del retrete al entrar en el cuarto de baño...Te lo imaginas diciendo "Bush buscando armas químicas de destrucción masiva en Irak y resulta que están aquí todas juntas en mi cuarto de baño". Así que haces lo posible para que ese aroma se "difumine", pruebas a abanicar, a soplar, etc. Toda ayuda es poca.

En fin, piensa que por lo menos había un retrete y no te lo has hecho todo por encima. Siempre es mejor pensar en positivo, además puede incluso que estés más inspirado, tanto como para comentar en este blog (nótese la sutil "indirecta").

Muchas gracias a todos los que me leéis.