Santas rebajas

¡Vivan, vivan las rebajas, tienen lo mejor al mejor precio! Sí amigos ¡están aquí, han llegado! ¡Son las rebajas! En mi casa recibo este día como si fuera una festividad nacional, como si fuera un día santo...son las "Santas Rebajas", que si bien no tienen todavía ese estatus porque el Vaticano no lo ha querido, pero yo les digo que las rebajas son famosas por los numerosos milagros que se le atribuyen: ofertas 2x1, descuentos del 20%, que la Visa dure más de lo esperado o que puedas llegar a fin de mes. Si esos no son milagros, que baje Dios y lo vea.

¡Sí, estoy feliz! He esperado 6 largos meses a que llegase este día, hoy nadie ni nada me puede arrebatar la sonrisa de la boca. Y el ambiente...¡oh, el ambiente de las rebajas! Ese olor a descuentos que te llega a la nariz cada vez que pasas por el escaparate del centro comercial...¡no lo cambio por Chanel Nº5!

Además, las rebajas siempre nos deja alguna que otra imagen curiosa cada año. Es primera hora de la mañana y todo el mundo está frente al centro comercial. La gente se apiña cada vez más a la puerta...tanto que los de la primera fila están con las mejillas y los morros pegados al cristal, intentando respirar, pero felices porque a pesar de que están a punto de morir aplastados por esa mole de gente, saben que van a ser los primeros en coger ese jersey que tanto les gusta, que van a ser los primeros en pillar algo de su talla...¡eso amigos, eso es valentía! Es el sacrificio que debes hacer para conseguir lo que quieres y qué mayor premio que conseguir esa camiseta que tanto deseas con un 30% de descuento.

Lo malo de esto es la gente con mala fe porque la hay. Los que actúan de mala fe son los que van detrás tuya y cuando tienes en la mano lo que vas a comprar definitivamente, te lo arrebatan de las manos. Eso no se hace. Algunos de estos energúmenos han conseguido salirse con la suya, pero tienen los días contados porque en épocas de crisis la gente es capaz de pegarse la prenda deseada con Loctite con tal de que no se la arrebaten. Es la picaresca que tanto hay en este país la que nos ayuda a salir de la tienda con nuestra camiseta en la mano.

En fin, os gusten las rebajas o no, he de deciros que si decidís ir finalmente al centro comercial, tened cuidado de que no os saquen un ojo con un cartel de descuentos o algo peor.

Un beso a todos.